La vida útil teórica del equipo es de 5 años a partir de la fecha de puesta en servicio siempre y cuando se haya cumplido con las
condiciones de almacenamiento.
La vida útil real del equipo depende de la intensidad, frecuencia, entorno de utilización, competencia del usuario, mantenimiento,
almacenamiento, etc.
Es necesario realizar una verificación del equipo por parte del fabricante o un centro competente como mínimo cada 12 meses. Se
adjunta una ficha de seguimiento para un mejor control del equipo. Es preferible asignar el equipo a un único usuario para que éste
conozca su historia.
La inspección debe comprender:
Tejido: atención a los cortes, desgastes y desperfectos debidos a la utilización, al calor, a los productos químicos, etc.
Costuras: cuidado con los hilos cortados o deshilachados.
Hebillas: Buen funcionamiento.
Después de un choque importante, este producto no debe volver a ser utilizado: roturas internas no apreciables a simple vista pueden